3 agosto, 2015 | 11:49 hrs.
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Ernesto Silva: “Chile volverá a crecer el día en que nosotros volvamos a ser gobierno”

El diputado tiene la convicción de que su sector debe explicar mejor “por qué las reformas del gobierno son dañinas”.

Por Claudia Rivas. (Diario Financiero)

Tras su salida de la presidencia de la UDI en marzo pasado, el diputado Ernesto Silva, está retomando una activa agenda pública y en ese marco analiza la contingencia con DF y los alcances de la crisis político-económica que afecta al país. También se refiere con optimismo al futuro del pacto y defiende el rol de liderazgo que debe cumplir su partido en el «nuevo referente».

-¿Qué opina sobre el nuevo referente de la derecha?
-Veo con optimismo que se están dando pasos para construir futuro, pero nuestra primera tarea es ser oposición.

-¿Cómo? Porque no han capitalizado los errores del gobierno.
-Este gobierno tiene un programa que es reflejo de un capricho ideológico de algunas personas y no una sintonía con los problemas de Chile. Por lo tanto, nuestra primera tarea como oposición es explicar nuestras diferencias con los planteamientos que hace la Nueva Mayoría o lo que yo llamaría el nuevo comunismo.

-¿Cómo marcar la diferencia?
-Tenemos que explicar por qué las reformas del gobierno son dañinas para los valores en que aspiramos se desarrolle Chile. Por ejemplo, tenemos que explicar mucho mejor que la reforma sindical del gobierno no prioriza las necesidades del país, que afecta la libertad de los trabajadores, porque crea un monopolio al establecer que los sindicatos tienen la titularidad para negociar. Y que no creemos en la prohibición del reemplazo en huelga porque afecta cosas como el Transantiago o el Metro. Nuestra tarea es transformar la oposición a proyectos en un mensaje convocante que sintonice concretamente con los problemas que tienen los chilenos. En materia tributaria fuimos los primeros en enfrentar que la reforma no la pagan los más ricos, sino la clase media.

-Pero firmaron un protocolo con el gobierno, ¿cómo se entiende eso?
-Finalmente se suscribió un acuerdo para atenuar los daños, que obviamente han sido mucho mayores de lo que esperábamos. Mi mirada es que hay que pensar que Chile volverá a crecer el día en que nosotros volvamos a ser gobierno.

-¿La idea no es mejorar ahora lo que esté mal, sino esperar y prepararse para volver a La Moneda?
-Como oposición tenemos tres objetivos centrales: explicar nuestras diferencias profundas de valores aplicados a casos concretos; sintonizar con los problemas de la ciudadanía y explicarlos en cada reforma. Segundo, asumir como tarea que no sólo tenemos que hacer una propuesta de futuro, sino que tenemos que revertir las malas reformas y eso significa generar una mayoría política para cambiar las que hoy día tienen una mayoría social en contra. Y, tercero, asumir que tenemos que iniciar la agenda de nuestra hoja de ruta porque tenemos que prepararnos para volver a ser gobierno.

-¿Por qué cree que la sintonía con las demandas ciudadanas no se ve reflejada en el respaldo a su sector?
-Hemos enfrentado un año extremadamente difícil a raíz de los juicios y cuestionamientos por los casos judiciales. Y hay una desconfianza generalizada en la política y en eso todos los partidos tenemos tarea pendiente. Cuando a un gobierno le va mal, el país está mal y, normalmente, a todos los sectores políticos les va mal. El año pasado, al oponernos a la reforma educacional, cumplimos un rol de generar sintonía y afinidad con la comunidad. Fuimos parte de una oposición política y social; y tenemos que retomar ese rol con fuerza.

-En ese período tampoco subieron en las encuestas, ¿a qué lo atribuye?
-Las oposiciones capitalizan en las elecciones y, por lo tanto, nuestra meta es que nos vaya bien en la municipal, parlamentaria y presidencial. Ese tiene que ser el objetivo y para eso, la ciudadanía tiene que ver, en un país donde cerca de siete de cada 10 chilenos rechazan a este gobierno -como Diario Financiero lo publica cada lunes-, a la oposición representando el sentimiento de los chilenos que rechazan al gobierno y expresar en la discusión pública y política las razones.

-¿La derecha no se va a abrir a acuerdos, para generar un ambiente que le sea propicio electoralmente?
-El problema acá lo tiene la NM, porque a pesar de que es un conglomerado que abarca desde la Democracia Cristiana hasta los comunistas, al final actúa como dicen los comunistas. Está cumpliendo el rol de hacer un poco de ruido, pero votar igual que la izquierda. Y por eso que el nuevo gabinete va a tratar de que pase poco. O sea, este gobierno se acabó y sólo va a tratar de flotar hasta que termine para que sea otro el responsable de tomar las decisiones que hay que tomar.

-¿Qué opina del debut del nuevo referente de la derecha?
-La semana pasada partió bien y terminó mal. No cabe duda que la coordinación tiene que ser total. No me gustó que tuviéramos una votación dividida en Carrera Docente. Toda coalición que se proyecta necesita muchas horas de sintonía con la ciudadanía y de discusión interna.

-¿En este episodio faltó liderazgo?
-Nos faltó discutir mucho más en profundidad y eso, simplemente, no puede volver a pasar.

-¿Cuánto afecta a la oposición seguir con problemas judiciales?
-Han afectado en la percepción de la ciudadanía, pero no son una excusa: nosotros tenemos que ser oposición y preparar nuestra agenda de gobierno. Cuando los dirigentes van a las comunidades e interactúan con sus representados, no les preguntan por los casos judiciales, les preguntan por el Transantiago, por la delincuencia, por el hospital y por la pega. Y la oposición tiene que asumir que tiene que ser capaz de enfrentar la crisis de confianza que está viviendo, pero al mismo tiempo avanzar en hacerse cargo de los problemas de la ciudadanía.

-¿Usted renunció porque se cuestionó la defensa corporativa a los involucrados en Penta, pero el senador Hernán Larraín siguió esa línea, ¿qué sentido tuvo su renuncia?
-La primera tarea de la UDI es liderar la oposición y construir la agenda de futuro. Yo decidí renunciar en un escenario complejo porque sentí que, en un país donde nadie quiere hacer gestos políticos y asumir responsabilidades políticas, debía hacerlo.

-Usted fue crítico a la labor de la Fiscalía, ¿cómo la evalúa ahora?
-Coincido con que parece que al ex ministro del Interior se lo interrogó con temor reverencial. Espero que termine el pacto de silencio y que el ex ministro Peñailillo despeje las dudas sobre la situación que afecta a la Presidenta y se inicie, de una vez por todas, un trato justo y equivalente, sin mirar el sector político de la persona investigada.

-¿Siente que lo que ha pasado con SQM le ha dado la razón?
-Lamentablemente sí. La política ha sido de una hipocresía inaceptable, porque muchos apuntaban con el dedo cuando tenían problemas en su propia realidad. Y en vez de dar la cara y decir que hay que mejorar la legislación hacia el futuro y dejar que las instituciones actúen, hemos visto la judicialización de la política.

-¿Y eso es bueno o malo?
-Veo como negativa la judicialización de la política, pero consideraría mucho peor, y creo que existe ese riesgo, que se politice la justicia.

-¿Con las declaraciones de Peñailillo, esperan llegar a la Presidenta?
-La Presidenta hizo un mea culpa sobre lo que estaba sucediendo con su gobierno, un sinceramiento; pero es necesario un sinceramiento del financiamiento de su campaña. La ciudadanía perdió la confianza en ella y si quiere recuperarla yo esperaría que sincere que su campaña tuvo financiamiento irregular.

-El presidente de la UDI dijo que no es de derecha y que el partido tampoco lo es, ¿comparte eso?
-Creo que la mirada de Hernán es que la UDI surge como un partido que siempre ha sido distinto a lo que fue la derecha en Chile, porque nos constituimos como una derecha popular y social que cortó transversalmente la sociedad independiente de la historia de vida y del ingreso de las personas. Ahora, si me preguntas a mí, yo me siento de derecha y la UDI es el partido de la derecha del futuro.

«PIDO JUSTICIA POR LA VIOLACIÓN A LOS DDHH DE JAIME GUZMÁN»

-¿Comparte con el diputado Ward que la NM le está sacando partido a los derechos humanos para evadir la contingencia?
-Hay que distinguir la necesidad de justicia y reparación para las víctimas del escandaloso aprovechamiento político que está intentando hacer del tema la izquierda. Especialmente personas que promovieron el uso de la violencia en Chile.

-¿También comparte con el secretario general de su partido que planteó interpretar el caso Quemados dentro de un contexto?
-Defiendo a Guillermo Ramírez que ha actuado siempre en defensa de los derechos humanos con una mirada de futuro y creo que fue totalmente descontextualizado.

-¿Qué le parece que los temas de derechos humanos hayan vuelto a cobrar vigencia?
-Así como he escuchado a los presidentes Frei, Lagos y Bachelet pedir esfuerzos de verdad, les pido que juntos escriban una carta a la Presidenta de Argentina, pidiendo la extradición de Apablaza para que se pueda hacer justicia por la violación a los derechos humanos de Jaime Guzmán, senador asesinado en democracia. Eso sería un ejemplo de que hay una mirada de todo el país para estos temas y no de conveniencia para un solo sector.

-¿Es equiparable el asesinato de Guzmán con un crimen de Estado?
-Como lo dijo Lagos, cada caso es en sí mismo relevante y, por lo tanto, yo les pido a los ex presidentes que actúen en esa línea para apoyar esta causa.