14 octubre, 2011 | 14:32 hrs.
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¡Haber sabido antes que subir los impuestos era la solución!

El inicio del debate presupuestario 2012 ha estado marcado por un prolongado conflicto educacional y por un incipiente debate tributario.

A mi juicio, en todos estos debates, ha faltado claridad y consistencia en el actuar del gobierno y de la coalición en general.

La demanda estudiantil se inició con la crítica a la iniciativa privada, atacando el lucro, para luego pasar a una demanda de gratuidad en la educación superior. Ninguno de los planteamientos centrales de los estudiantes ha sido mejorar la calidad de la educación. Hoy el gobierno invita al diálogo a los líderes de la Confech, dedicándole alabanzas y reconocimientos, mientras Camila Vallejo trata de saqueadores a quienes están gobernando. Una parte de los dirigentes estudiantiles no quiere dialogar, quiere imponer sus puntos de vista. Cometemos un error si seguimos esperando que estén de buen ánimo para conversar cuando podemos avanzar en legislar en los temas que con convicción creemos que requieren cambios en educación. Por lo demás, respecto de los temas de fondo nuestro sector ha tenido una mirada consistente en el tiempo: promovemos que exista iniciativa privada en educación, y queremos que más estudiantes accedan a educación superior de calidad, entendiendo que como país no podemos asumir la gratuidad.

El debate tributario, por su parte, se ha iniciado por considerar algunos que las empresas pueden pagar más impuestos de lo que pagan hoy, y porque demandan que se comprometa a largo plazo un financiamiento estatal que en la práctica consagre la gratuidad en la educación superior. Durante décadas nuestro sector ha defendido con convicción que subir los impuestos es una mala decisión y que afecta el crecimiento y el bienestar de las personas. ¿En qué minuto cambiamos de opinión? ¿Qué pasó que ahora sí parece ser una buena idea? ¡Haber sabido antes que subir los impuestos era la llave mágica para lograr mayor desarrollo en Chile! 
El presidente en su campaña dijo que no habría alza de impuestos. También el gobierno se comprometió el año pasado a que el alza del impuesto de primera categoría sería transitoria. La palabra empeñada tiene valor y debe cumplirse, especialmente cuando no hay condiciones que expliquen que el país estará mejor de tomarse una medida de este tipo. En este y en otros temas tiene valor la consistencia y las convicciones. Es tiempo de recordarlas.
Al mantener abierto el debate tributario, el gobierno da luces de que reforma tributaria habrá con alta probabilidad. Algunos dicen que tenemos que atrevernos a tomar medidas con audacia y pragmatismo. Pero si la audacia y pragmatismo son para promover las ideas en las que no creemos, ¿de qué sirven?
Bien por la audacia y el pragmatismo, pero ¡con convicciones! No tiene gracia -sino más bien puro costo- ser audaz promoviendo las ideas de otros. La audacia está en lograr avanzar con nuestras ideas a pesar de la fuerte oposición que enfrentamos.

Es tiempo de convicciones, se requiere audacia y pragmatismo, pero para promover nuestras ideas sobre cómo Chile puede estar mejor.

Diputado Ernesto Silva M (Diario Financiero) – 14 de Octubre 2011.