27 junio, 2017 | 13:57 hrs.
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¡Arriba los corazones!

Este 2017 es un año importante. Como ciudadanos tenemos que decidir el rumbo que queremos darle a nuestro país, para lo cual enfrentamos una desafiantes elección presidencial, parlamentaria y de consejeros regionales.

Con el anuncio de Sebastián Piñera de asumir una nueva candidatura, se inició formalmente la carrera para llegar a la Moneda en marzo de 2018.

Los chilenos tienen cada vez más opinión y posición respecto de lo que está pasando en el país, aunque no necesariamente esa opinión se traduzca o manifiesta en la decisión de ir a votar. Ojalá los chilenos podamos reflexionar que nuestra opinión tiene aún más fuerza y valor si la expresamos en la votación en la elección de noviembre.

Lo central de este año- a mi juicio- es preguntarse de qué forma podemos enfrentar el desafío de construir juntos un mejor futuro para nuestras familias y nuestro país en general.

Si observamos lo que ha pasado en los últimos años- y especialmente en los últimos meses- vemos que la discusión política se ha centrado en atacar y atacar a quienes piensan distinto políticamente. ¿Contribuye eso a hacernos cargo de los múltiples problemas que tiene nuestra sociedad? Muy poco en realidad.

No se trata de ponerse muy grave y decir que todo debe ser amistad y alegría, y eliminar toda crítica. Por el contrario, expresar las diferencias y los distintos puntos de vista es esencial para un buen y sano progreso del país.

El punto central es cómo se hace esa crítica y esa discusión ¿En base a las ideas que se plantean? ¿En base a los desafíos que enfrenta el país? Si así fuera, muy bienvenida la crítica y la discusión. Sin embargo, lo que hemos visto en los últimos meses no ha sido eso. Han sido más bien ataques y descalificaciones centrados en las personas y sus características, no en lo que proponen para Chile.

Cuando el debate se centra en el ataque personal y en las agresiones y persecuciones, nada bueno viene para Chile.

Por eso al iniciarse esta carrera presidencial se presenta una gran oportunidad para dar un nuevo impulso y cambiar el tono del debate y transformarlo en algo valioso y constructivo: dejar atrás la dinámica de los ataques y pasar a la legítima discusión sobre temas, valores y desafíos.

Los chilenos enfrentamos hoy enormes desafíos: recuperar la capacidad de crecer, proveer seguridad en nuestros barrios, mejorar la calidad de la educación, facilitar y mejorar el acceso a la salud, arreglar de una vez por todas los problemas del Transantiago, avanzar hacia mejores pensiones para los jubilados, entre muchas otras tareas.

La pregunta central – a mi juicio- es con qué actitud vamos a participar todos de esta gran tarea. ¿Con distancia? ¿Con indiferencia? ¿Desde los prejuicios? ¿O desde la convicción que trabajando con honestidad por un mejor país se puede lograr un mucho mejor resultado?

Yo extiendo la invitación a pensar que Chile y sus habitantes pueden lograr mucho más para mejorar la calidad de vida de sus personas. Para eso es central la actitud con que enfrentamos este año. Como dijo alguien por ahí la semana pasada, ¡Arriba los corazones!

Diputado Ernesto Silva M  (Publimetro)  – 27 de marzo 2017.