Anestesiados
Los escándalos por el financiamiento de campañas, las fomalizaciones, las precampañas, los ministros renunciados, los interrogatorios, entre otras cosas, parecen haber anestesiado la capacidad del gobierno para tomar contacto con el Chile Real.
Ya van diez meses en que todo lo que se habla en la discusión política es sobre boletas, campañas, formalizaciones y acusaciones. Algo así como decir que lo importante es el Chile Judicial, dejando de lado lo que sienten día a día los ciudadanos del Chile Real. ¿Y el Transantiago, y la delincuencia, y la salud, y el paro de los profesores, y la calidad de la educación, y el horario de verano, y la falta de nuevos puestos de trabajo? ¿Qué pasa con los temas reales?
Como siempre, las consecuencias de un gobierno anestesiado las paga la clase media. Es verdad que el gobierno –y la política en general- viven una verdadera pesadilla político-judicial. Pero es más cierto aún que los ciudadanos viven todos los días otra tipo de pesadilla: la pesadilla de tener un gobierno que no lo pesca, que no se hace cargo de resolver los problemas de las personas y que cada vez pierde más el contacto con la realidad y el sentido común.
Por ejemplo, es inexplicable que a pesar de todas las recomendaciones hechas por especialistas y al reclamo popular, el gobierno mantenga el horario de verano, afectando a la familia chilena, que debe salir a estudiar, trabajar o a realizar trámites en oscuridad total. Más aún, y dejando de lado las opiniones de expertos, insistir en no cambiar el horario es no responder ante esa sensación que tienen los chilenos todos los días y que con esto aumenta: inseguridad creciente y agobiante, y nuevas oportunidades para la delincuencia. Da la sensación de que la anestesia hace que los ministros no se puedan poner en los zapatos de lo que vive la mayor parte de los chilenos.
¿Es tan difícil para un gobierno ponerse en el lugar de las personas? En el pasado, había sido una característica de la presidenta Bachelet el sintonizar con las preocupaciones de las personas, más allá de compartir o no las soluciones que proponía. Pero eso se quebró, y la distancia hoy es muy grande. Para decirlo en simple: el gobierno está tan preocupado por la situación judicial que se ha olvidado de la gente.
Lo complicado de este escenario es que si el gobierno no es capaz de reaccionar ante algo tan obvio como el caso del horario, qué podemos esperar sobre temas que son fundamentales pero mucho más difíciles de enfrentar como la delincuencia, la salud, el transporte o la educación.
La mayoría de los chilenos –no todos- esperan que la Presidenta vuelva a gobernar para solucionar esos problemas que vivimos todos los días y que se solucionan pensando y viviendo Chile desde el sentido común y en contacto con la realidad. Si toma ese camino, va a tener un apoyo enorme porque sería volver a tomar el camino de la sensatez y la esperanza.
El Chile Judicial no puede seguir anestesiando al Chile Real, porque el ciudadano despierta todos los días, para estudiar, para trabajar, para atenderse en la salud, para hacer trámites, para estudiar y para sentir que existe un gobierno, que piensa en ellos.
La Presidenta dijo la semana pasada que había que “terminar con la lesera”, que se iba a tomar todo el tiempo que sea necesario para nombrar al nuevo Ministro de la Secretaría General de la Presidencia. Punto concedido, que se tome el tiempo que estime necesario. Pero no se puede tomar ni un minuto más para las soluciones que necesita el Chile Real. ¡Que se acabe rápido el efecto de la anestesia!
Diputado Ernesto Silva M – Junio 2015.