23 abril, 2012 | 11:59 hrs.
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EL LIBRETO TRAS LA IRRUPCIÓN DE LA NUEVA GENERACIÓN UDI EN LA PRIMERA LÍNEA

Sus acciones van en alza, y se instalaron con fuerza en el área chica de la toma de decisiones: en la directiva del partido, comisiones clave de la Cámara e influyentes lugares en el Gobierno. No les gusta que los tilden de «capitanes», y en el partido ponen todas sus fichas en el grupo que, a diferencia de los «coroneles», no estuvo bajo la influencia directa de Jaime Guzmán.
La mayoría no conoció a Jaime Guzmán, el emblemático fundador de la UDI. Eso es lo que diferencia de los denominados «coroneles» -los máximos dirigentes del partido- a la nueva «camada» UDI, el grupo de sub-35 que desde la última parlamentaria, y sobre todo a partir del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera y la elección de la mesa directiva de Patricio Melero, irrumpió con fuerza en la toma de decisiones de la Alianza.
Estratégica, y a veces hasta coordinadamente, lograron permear la estructura de poder gremialista, y hoy ocupan lugares en la Cámara de Diputados, cargos en la directiva UDI e influyentes lugares en el Gobierno.
En el Congreso, algunos de sus representantes son María José Hoffmann (35), Javier Macaya (33) y Arturo Squella (33) y Ernesto Silva (36), el único que conoció a Guzmán.
En el Gobierno destacan Pablo Terrazas (34) y Juan Antonio Coloma (32), quienes ocupan el cargo de jefe de gabinete de dos influyentes ministros: Andrés Chadwick y Laurence Golborne, respectivamente. En la Fundación Jaime Guzmán -el referente de la mayoría de los sub 40-, está posicionado Jaime Bellolio (31).
Todos tenían entre 12 y 15 años cuando murió el fundador de su partido, y estaban lejos de dar sus primeros pasos en política.
Los que llegaron al Congreso, lo hicieron sin golpear la puerta, apostando el todo o nada para las parlamentarias del 2009. Y lo consiguieron. Ahora, a casi tres años de esa incursión, entraron de lleno a las grandes ligas, algunos a cargos clave en comisiones económicas y otros, hace dos semanas, a la nueva directiva del partido.
El principio: la UC y la Fundación Jaime Guzmán
La historia dice que el grupo de los parlamentarios tiene mucho en común. Todos, salvo Hoffmann, pasaron por los pasillos de Derecho en la Universidad Católica, y en su mayoría volvieron a encontrarse años más tarde en la Fundación Jaime Guzmán, donde varios de ellos -como Macaya, Terrazas y Squella- formaron parte de su programa «Jóvenes al Servicio de Chile», trabajando en municipios a lo largo del país.
La mayoría también entró tarde a la UDI, casi todos después del 2000. Pero su cercanía no sólo se trata de afinidad política, sino también de amistad –Silvay Squella, por ejemplo, acostumbran juntarse a comer en sus casas- e incluso de lazos familiares, como el caso de Hoffmann con Coloma -hijo del ex timonel gremialista del mismo nombre-, de quien es cuñada. Así, pese a no tener una mecánica de reuniones periódicas, funcionan bajo una lógica de equipo. Este año, Silva y Macaya -quien encabeza la comisión de Salud de la Cámara- tomaron las riendas en el área tributaria, el primero como presidente de la comisión de Hacienda de la Cámara y el segundo a la cabeza del equipo económico del partido, mientras que Squella entró de lleno a temas políticos y de seguridad en la comisión de Constitución y como representante del comité electoral del partido. Y el año pasado, Hoffmann presidió la comisión de Educación, en plenas movilizaciones estudiantiles.
«Tenemos que hablar fuerte»
Su protagonismo en áreas clave del Congreso durante su primer período parlamentario, les permitió dar el salto para entrar a la mesa UDI, con Patricio Melero. El sentido de integrarlos, dice el timonel gremialista, «es ir preparando a quienes a futuro tendrán la misión de conducir los destinos del partido», y eso no es gratis. «Los cargos en la UDI no se obtienen por influencias o padrinos. Se trata de una combinación de disponibilidad al riesgo y no encontrar sandías caladas por amistad», resume Melero.
El presidente UDI no fue el único que jugó un rol en el desembarco de esta generación al «área chica» (lo hizo, en particular, con la incorporación de Hoffmann a la mesa). En el partido todas las voces apuntan al rol que jugó el diputado José Antonio Kast en el trabajo para reclutar jóvenes para las parlamentarias 2009. Y ahora fue él mismo, como secretario general, quien propuso a Bellolio para integrar la nueva directiva.
También se apunta al vínculo con Rodrigo Alvarez -de hecho, su renuncia al ministerio de Energía golpeó fuerte al grupo- y, en ciertos casos, con los «coroneles». Así fue, al menos, con Macaya, a quien el ministro Chadwick -profesor universitario suyo- impulsó a ser candidato en la Sexta Región.
Del emblemático grupo fundador, es con la figura de Jovino Novoa, quien lidera el rechazo a una reforma tributaria, con quien se sienten mayormente identificados, aunque también resaltan el liderazgo interno de Pablo Longueira.
«Si pudiéramos generar un Jovino Longueira sería impecable», dice Macaya. Ante eso, Squella agrega que «me gusta la manera en que Jovino Novoa defiende nuestras ideas».
Esa ha sido, de hecho, la postura que en su mayoría han tomado ante la discusión de un ajuste en los impuestos. Esta semana, todos ellos aprobaron el proyecto de acuerdo que la UDI realizó en apoyo a una baja del gravamen a los combustibles y otros, como Silva, aseguraron que están dispuestos a rechazar la propuesta que emane del Gobierno.
Conforman el «núcleo duro» del rechazo a esta iniciativa, y en eso, dicen, no tienen miedo de levantar la voz. Silva sostiene que «no me gusta una reforma con ideas de otros, menos pretender que los problemas de la educación se resuelven subiendo impuestos. Tenemos que hablar con nuestras ideas y hablar fuerte, dejar atrás los complejos». Squella agrega que «el Gobierno se equivoca en plantear un alza de impuestos de primera categoría», y Macaya remarca que «si finalmente lo que votamos se convirtió en algo contrario a lo que pensamos, no tengo duda que está dentro de las posibilidades que votemos en contra». El Presidente anunciará el contenido del proyectoa fines de abril.
Ante la presidencial… Pragmatismo
Entre las definiciones más importantes para los próximos dos años, la que más marcará el posicionamiento de estos diputados será su rol en la campaña presidencial. Si el consejo general de la UDI hace dos semanas dejó la puerta abierta para que el partido respalde a un candidato independiente, este grupo es pragmático, pero extremadamente cuidadoso de no ponerle nombre y apellido a esa figura.
«Nuestro óptimo es que sea alguno de los que históricamente ha estado en la UDI, sin ir más lejos Pablo Longueira, pero siempre abiertos a que quien represente las mejores ideas sea el candidato», dice Squella, y agrega que «si Pablo o cualquier otro candidato no logra acercarse más a la posible candidata de la Concertación, que es Michelle Bachelet, uno tiene que ver quién es más competitivo». Eso sí, remarca que «considerar una primera vuelta como una primaria sería un error para la Alianza».
En el caso de Silva, éste afirma que «la UDI tiene que tener un candidato propio», que debe ser definido después de las municipales de octubre, ya sea un militante o simpatizante. Por su parte, Macaya plantea que «la UDI tiene que llevar un candidato, pero no necesariamente tiene que ser militante». A su juicio, «la presidencial hay que correrla para ganarla, no para hacer un voto testimonial». Hace dos semanas, Hoffmann dijo en una entrevista a este medio que «no hay nadie en la UDI que no prefiera que sea un militante de nuestras filas, pero también hay personas con apoyo popular importante que hay que considerarlas».
Conservadores en lo valórico
Pese a ser la camada más joven de la UDI varios se definen conservadores en temas valóricos, los más sensibles para el partido. A mediados del año pasado, los cuatro diputados firmaron, junto con la mayoría de la bancada del partido, un documento que fue enviado al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, cuestionando duramente el manejo del Gobierno en la regulación de las uniones de hecho, cuando se debatía sobre el Acuerdo de Vida en Pareja.
Así «mostraron los dientes» en la agenda valórica. «Defendemos la fortaleza de la familia, creemos en la vida. Nosotros estamos en política para defender ideas y principios, no para andar calculando qué nos conviene decir», dice enfático Squella. En ese sentido, añade que «las medias tintas en temas de fondo, como los valóricos, no van con uno». Macaya, a su vez, se reconoce conservador en lo valórico. «No estoy abierto a discutir el matrimonio homosexual, pero no tengo problemas con que se regulen las uniones de hecho y sus efectos patrimoniales».
La definición presidencial de los «Sub 35» en el Gobierno
Juan Antonio Coloma Alamos (32), hijo del ex presidente de la UDI, tuvo su prueba de fuego en las parlamentarias de 2009 en el distrito 11. Perdió por unos 400 votos, lo que significó un golpe duro, pero dio vuelta la página de inmediato, y sólo dos meses después conoció a Laurence Golborne en el Ministerio de Minería, donde fue jefe de gabinete del subsecretario Pablo Wagner.
La sintonía fue rápida, y el mismo ministro le pidió irse con él a Obras Públicas apenas se enteró de su cambio de cartera.
En el MOP, Coloma se desempeña como jefe territorial, lo que lo lleva a estar en regiones y en la calle con el ministro. «Uno ve un cariño de la gente que hace rato no se veía. Me recuerda mucho la campaña de Lavín el `99 y esa efervescencia», dice el abogado, que también estudió en la UC y se considera conservador.
La cercanía con Golborne también le abre espacio para jugarse por una eventual candidatura presidencial del titular del MOP. «El ha demostrado que es mucho más que el tema de los mineros», afirma, y agrega que «si llegada la hora de las definiciones dentro de lo que la UDI decida él es (el elegido), yo encontraría que sería un gran nombre para que fuera el candidato de la UDI». No sólo eso, porque para Coloma, su jefe «sería un gran Presidente». En ese sentido remarca que su partido debe ser pragmático pese al especial afecto que hay con Longueira.
En una postura contraria, Pablo Terrazas (34), jefe de gabinete del ministro Andrés Chadwick, considera que «el partido tiene que llevar un candidato propio, al mejor posicionado, y ése hoy día es Pablo Longueira».
Terrazas -que representó al gobierno en las negociaciones en Aysén- entró hace casi 10 años a la UDI y en las dos elecciones internas dividió sus apoyos. En la primera estuvo con Kast y luego con Coloma.
En el caso de Jaime Bellolio (31), su ingreso a la directiva fue de la mano del secretario general, quien lo propuso para el cargo. El ex presidente de la FEUC pasó antes por la Fundación Jaime Guzmán, y tiene especial admiración por el trabajo de Jovino Novoa, el propio Kast y Rodrigo Alvarez. Hace dos semanas en una entrevista con «La Segunda» planteó que en materia presidencial «quien interprete mejor las ideas de la UDI» contará con su respaldo.

Autor: por: Por Tomás Martínez, La Segunda