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Fiesta de fin de año UCAM Las Condes

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La Unidad Comuna Adultos Mayores (UCAM) realizó diferentes presentaciones en el marco de la fiesta de fin de año del club. Hubo concurso de cocina, bailes, canto y ¡más!

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Inauguración nueva casa de la Fundación Senderos

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Estuvimos en la inauguración de la nueva sede de la Fundación Senderos de Las Condes junto a su presidenta María Mercedes Vial Infante. La casa existe hace nueve años y acoge a jóvenes que sufren algún trastorno psicológico y lo preparan para enfrentar el mundo laboral.

Actualmente funciona de lunes a viernes entre 09:00 a 13:30 y realizan distintos talleres y cursos como de pintura terapia, fotografía, computación, entre otros.

¡Felicidades por su gran valor y nuevo hogar!

Dirección
Av. IV Centenario 492, Las Condes

Teléfonos
(+56-2) 2229-7430
(+56-2) 2229-8470

Email
senderos@fsenderos.cl

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Panoramas gratuitos

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LAS CONDES

I) Tres clásicos contemporáneos del cine

Miércoles 09 de diciembre: Los niños coristas.
Miércoles 16 de diciembre: Intocable

Lugar: Teatro Centro Cultural Las Condes (Av. Apoquindo 6570).
Horario: 16:00 hrs (ambas funciones).
Teléfono: 22 896 9800
Entrada liberada.

II) Feria Emprendo Las Condes

La feria contará con 100 expositores que mostrarán y venderán sus novedosos productos, como tendencias en cocina, moda, decoración, joyas, orfebrería, delicados tejidos, productos naturales, juguetes, plantas y accesorios.

Fecha: Domingo 06 de diciembre.
Lugar: Parque Los Dominicos.
Horario: Entre las 10:00 y 19:00 hrs.
Entrada liberada.

Más actividades e información en: www.lascondes.cl

LO BARNECHEA

I) Bazar de Navidad

Podrás encontrar ropa, artesanía, joyas, decoración, comida gourmet y mucho más en esta entretenido Feria Navideña.

Fecha: Todos los sábados y domingo hasta el 20 de diciembre.
Lugar: Centro Cultural El Tranque.
Horario: Entre las 11:00 y 14:00 hrs.
Entrada liberada.

Más actividades e información en: www.lobarnechea.cl

VITACURA

I) Cuenta la historia, el musical

Más de 90 artistas en escena, orquesta en vivo y una gran producción que convoca al talento amateur, darán vida a este gran espectáculo.

Puedes canjear tus entradas gratuitas, son máximo 4 por persona.

Fecha 18, 19 y 21 de diciembre.
Lugar: Casas de Lo Matta (Av. Kennedy 9350).
Horario: 21:15 hrs.
Teléfono: 22 240 3612
Mail: informacionescorporacion@vitacura.cl

II) ¡A leer en el jadrín!

Fecha Sábado 05 de diciembre.
Lugar: Casas de Lo Matta (Av. Kennedy 9350).
Horario: Entre las 11:30 y 13:30 hrs.
Entrada liberada.

III) Música al Mediodía

Música al aire libre en distintos parques y plaza de Vitacura en el mes de diciembre.

Sábado 05: Manuel Gatti. Paseo El Mañío.
Sábado 12: Alexandros Tefarikis. Plaza Panamá.
Sábado 19: Los Troveros. Plaza Brasil.
Sábado 26: Quinteto de Cuerdas. Parque Bicentenario.

Más actividades e información en: www.vitacura.cl



Exposición «Pintar es un sueño del alma»

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La artista Marizel Narváez Otarola, quien sufre de parálisis cerebral, presentará sus obras desde el 01 diciembre 2015 al 08 de enero 2016 en el Centro Cívico de Vitacura (Av. Bicentenario 3800).

Los protagonistas de sus pinturas en óleo son las figuras humanas, animales y naturaleza que representa en situaciones cotidianas.

La entrada es liberada y se puede visitar de lunes a viernes entre 08:30 y 17:30 hrs.

Contacto: marizel30@hotmail.com / Facebook: Arte Diferente Parálisis Cerebral.

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«La UDI debe reinventarse con urgencia o prepararse para ir apagándose”

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En 2013, durante el último año de gobierno de Sebastián Piñera, el diputado UDI Ernesto Silva había tomado la decisión de escribir sobre el futuro de la centroderecha, pero optó por postergar ese empeño y concentrar su esfuerzos en impulsar el recambio generacional en su partido, dominado hasta esa fecha por “coroneles” Pablo Longueira, Andrés Chadwick y Juan Antonio Coloma, además de Jovino Novoa.

El Mercurio, domingo 22 noviembre 2015

Al principio, los resultados parecían exitosos: el propio Silva llegó el año pasado a la presidencia de la UDI, como el rostro más visible de un contingente te figuras sub 40 que prometía cambiarla la cara a la colectividad. En eso estaba cuando el estallido del caso Penta echó por tierra sus planes. Tan solo diez meses alcanzó a durar ese primer intento de recambio.

En abril, tras dejar la conducción de la UDI, Silva retomó la idea de escribir. Y, finalmente, el próximo miércoles 25 de noviembre, lanzará su libro “Aire nuevo para Chile, un recambio necesario”, el que será presentado por el ex canciller Alfredo Moreno.

El texto recoge las reflexiones del diputado sobre el proyecto que debiera impulsar su sector, “una sociedad que le asigne igual valor al bienestar individual que al bienestar en comunidad”. Ello, junto con concretar, como de una vez, la renovación del elenco de actores que desde la década de 1990 vienen ocupando la primera línea del sector.

«El Chile de hoy – argumenta – es completamente distinto al de los noventa, con otra realidad, con ciudadanos que tienen otras aspiraciones y se vincular con la política y lo público de forma distinta. Ello demanda una nueva forma de acción política, nuevas prácticas, estándares y lenguajes, que permitan sintonizar de forma adecuada con la nueva realidad. En ese escenario, los chilenos han visto los mismos liderazgos desde el año 90 y los asocian a una forma de hacer política. Y creo que hoy se necesita un refresco, una renovación de ideas, estilos y formas de hacer liderazgos, y lo razonable también es que se dé una renovación de líderes, con distintas edades, historias y visiones”.

La UDI ya se abrió a ese recambio generacional, y sin embargo ustedes debieron dejar la conducción, porque no supieron manejar la crisis generada por el caso Penta.

No se trata de un asunto generacional, se trata de introducir nuevos rostros que sintonicen con esa clase media y con esos emprendedores emergentes que necesitan apoyo, compañía y esperanza. Iván Zamorano y Marcelo Salas, por ejemplo, fueron lo más grande, pero si hoy tuvieran que jugar en la Selección, es poco probable que mantuvieran su racha goleadora.

«Ahora, sobre nuestra gestión en la directiva, y ante un caso tan complejo como ese, nosotros decidimos dar la cara y pedir disculpas por las situaciones de nuestros dirigentes. Este era un problema transversal de la política y que creo que si la Presidenta y todos los partidos de la Nueva Mayoría hubieran hecho el mismo gesto que la UDI, la crisis de confianza en el país no sería tan profundo como lo es hoy”.

¿Buscarán nuevamente dirigir el partido, una vez que culmine el mandato de Hernán Larraín?

Hernán Larraín ha debido enfrentar un escenario muy difícil y en la UDI estamos todos muy agradecidos por lo que está haciendo. Pero creo que la UDI debe reinventarse con urgencia o prepararse para ir apagándose lentamente. Además, creo que la ciudadanía quiere un nuevo trato, y en eso nuestro sector debe ir más rápido que la izquierda. Los chilenos quieren liderazgos que lo miren a los ojos. Las mejores decisiones de la UDI han sido cuando hemos actuado con audacia y sorprendiendo, y eso es lo que tenemos que hacer.

¿Qué profundidad debe tener esa reinvención? ¿Cambiar de nombre?

Pensar que cambiar de nombre o de logo es la solución es no entender la magnitud del problema. El tema no es el envoltorio. Tenemos que enfocarnos en los nuevos chilenos, con un estilo cercano y nuevos estándares de hacer política, y ofrecer respuestas de futuro en base a nuestras ideas.

En su libro, usted dice que la derecha confundió a veces la defensa de libre mercado con la de las empresas o empresarios. ¿Qué debiera hacer la UDI para no volver a “confundirse”?

Para quienes creemos en una sociedad de personas libres y una economía social de mercado no hay nada más injustos que los frenos a la competencia o los abusos de posiciones dominantes. Debemos ser implacables.

¿Eso significa aumentar las sanciones?

Así lo planteo en el libro, escrito antes de que se conocieran los últimos casos. Es urgente que las sanciones sean verdaderos disuasivos de actos contra la competencia. De hecho, acabamos de votar por una unanimidad en la Cámara de Diputados el proyecto que introduce mayores multas y penas de cárcel. Pero también se necesitan más idea para fortalecer la competencia, con información y herramientas para los consumidores.

Usted en el libro dice que la centroderecha no está para defender intereses ni a empresarios, sino para defender cierto modelo económico. ¿No le resta credibilidad a ese planteamiento que – a raíz de los casos que se investigan sobre financiamiento de la política – la UDI haya aparecido estrechamente vinculada a un grupo económico en particular?

No. La UDI ha tenido siempre una línea de acción clara. Los que tienen que dar explicaciones son los dirigentes de izquierda que le pidieron financiamiento a quienes no creían en sus ideas.

Usted habla de que en la municipal anterior se perdieron 500 mil votos estando en el gobierno. ¿Cómo se revierte eso?

Iniciando con urgencia esta nueva etapa, activando el trabajo en la calle y entendiendo de verdad los problemas de las personas. Un ejemplo: hace dos semanas José Antonio Kast y la ONG Influyamos se desplegaron de Arica a Punta Arenas con más de 500 voluntarios para hacer una consulta ciudadana en la que participaron más de 40.000 personas que hicieron sentir sus prioridades. Esa es la forma.

¿La opción presidencial de Kast entonces es parte de esa renovación? ¿Es su candidato?

Sí, me gusta mucho lo que está haciendo y lo apoyo porque entendió las demandas del nuevo ciclo político y espero que otros también se animen a recorrer Chile con un proyecto. Además, es el único dirigente UDI que ha manifestado su disposición a ofrecer una propuesta presidencial.

A la luz de las críticas que hace en el libro al gobierno de Sebastián Piñera, ¿descarta desde ya apoyarlo como candidato del sector?

Sebastián Piñera es claramente el liderazgo mejor posicionado hoy de nuestro sector y en el país en general. Esa es una buena noticia y ese liderazgo tenemos que cuidarlo. Pero si decide entrar o no en la carrera presidencial es una decisión personal de él que conoceremos el próximo año y que tendremos que evaluar en su momento. Mientras tanto, los partidos no pueden estar de brazos cruzados esperando.



La diversidad según Ernesto Silva

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Un extracto de Aire nuevo para Chile, el nuevo libro del ex presidente de la UDI.

Por: Qué Pasa. Martes 24 noviembre 2015

Mañana Ernesto Silva lanza su libro. Aire nuevo para Chile: un recambio necesario (RIL editores), será presentado mañana por el ex canciller Alfredo Moreno y busca acelerar el recambio en la derecha nacional. Un libro que surge a partir de su experiencia de 10 meses al frente de la UDI, justo en el momento en que se desató la mayor crisis política de la historia del partido. «La tarde del 11 de marzo de 2015 di el paso más duro de mi carrera política, al anunciar públicamente que dejaba la presidencia de mi partido, la Unión Demócrata Independiente (UDI). Habíamos asumido solo 10 meses con la motivación de dar aire nuevo al partido político más grande de Chile, para iniciar una profunda renovación de ideas, estilos y liderazgos», dice en sus primeros párrafos.

Aquí un extracto en el cual el ex presidente de la UDI muestra su lado más liberal.

DIVERSIDAD: INELUDIBLE, IRREMPLAZABLE

Cualquier intento de hacerse cargo de mejor manera de nuestra identidad nacional debe partir desde la premisa básica de que la diversidad de la sociedad chilena es un hecho de la causa que no está en discusión. El Chile que conocieron nuestros padres es incomparable al actual que, a su vez, es sin duda muy distinto del que conocerán nuestros hijos y nietos.

Resumiéndolo mucho, podríamos decir que hoy es imposible cuantificar la multiplicidad de formas en que los chilenos viven sus vidas, de trabajos a los que se dedican, de cosas a las que aspiran, de causas que los motivan y de identidades que los definen. Eso es la diversidad.

No es casual, entonces, que parte importante de la agenda nacional de los últimos años haya estado marcada por temas que dan cuenta de esa enorme y creciente diversidad: minorías sexuales, derechos de género, reivindicaciones étnicas, tipos de familia, integración de adultos mayores, despenalización del aborto, legalización de la marihuana, derecho a la manifestación, inmigración de países vecinos, desigualdad de ingresos, tomas de colegios, candidatos no tradicionales, creación de nuevos partidos políticos, rol de las organizaciones ciudadanas, por nombrar unos cuantos.

En lo esencial, esto significa que somos una sociedad más rica y debemos celebrarlo. Pero también significa que enfrentamos nuevos desafíos, porque si antes se trataba de reconocer la diversidad (o más bien de tolerarla), hoy se trata sobre todo de valorarla y, más aún, de promoverla. La experiencia de las sociedades modernas, sin excepción, es que la diversidad es una fuente insustituible de progreso social, de riqueza cultural y de desarrollo. A juicio del estudioso norteamericano Scott Page:

«Debemos ir más allá de la tolerancia para hacer del mundo un lugar mejor (…) Cuando vemos a personas que piensan distinto a nosotros, que hablan otros idiomas, que tienen otras experiencias, formación y valores, deberíamos distinguir oportunidades y posibilidades».

Al respecto, es importante que el interés por integrar y potenciar la diversidad no se agote en los llamados derechos de minorías, como ocurre con demasiada frecuencia.

Nuestra sociedad es más diversa, también, porque las mujeres están ocupando espacios y cumpliendo roles que estaban virtualmente vedados para las generaciones anteriores, una de las características más positivas y esenciales de las sociedades modernas. Es más diversa, porque la realidad de los adultos mayores está cambiando a ritmo acelerado con los avances de la tecnología y la medicina, otro impacto positivo del progreso social. Y es más diversa, asimismo, porque cada vez más inmigrantes escogen a Chile como hogar permanente, uno de los efectos más valiosos de nuestra apertura a la globalización.

Creo que el balance de todos estos profundos cambios culturales, de esta explosión de la diversidad, es abrumadoramente positivo. Pero no podemos desconocer que al mismo tiempo plantean desafíos de distinta índole en ámbitos como la familia, el trabajo, la política o el gasto públic, entre otros.

El espacio para soñar es inmenso.



“La izquierda arrepentida y el mito refundacional”

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Extractos de un capítulo del libro «Aire nuevo para Chile. Un recambio necesario», del diputado UDI Ernesto Silva.

Diario La Segunda, miércoles 25 noviembre 2015

Es cierto que la centroderecha no siempre ha dado el ejemplo tratándose de construir confianzas, pero hay que poner las cosas en perspectiva: cualquier análisis objetivo de la realidad chilena en los últimos años sólo puede concluir que ha sido la izquierda la principal responsable de ahondar el desgaste de la capacidad del sistema político para alcanzar acuerdos.

El shock de perder la elección presidencial de 2010 y de pasar a la oposición por primera vez en 20 años hizo que la izquierda sufriera una metamorfosis que hemos tenido que ver para creer. Casi de un día para otro, muchos de los que durante dos décadas habían ensalzado como el principal éxito de la transición política chilena la democracia de los acuerdos iniciada en los noventa comenzaron a denostarla como una estrategia de concesiones arrancadas a la fuerza, no de consensos negociados en un marco democrático. De la misma forma, muchos de quienes se enorgullecían de haber contribuido a un proceso político que consolidó la democracia, aumentó la inclusión
social y aceleró el progreso, ahora se recriminaban públicamente haber dicho y hecho en aquella época cosas en las que no creían en su fuero íntimo.

En ese proceso algo esquizofrénico de cambio de identidad, la antigua Concertación mutó en la Nueva Mayoría, coalición que se siente incómoda con la herencia política de su antecesora directa y que reniega de muchos de los enfoques que hicieron que aquélla fuera considerada internacionalmente, tras el fin de la dictadura, como un modelo de izquierda moderna, responsable y democrática (…).

¿Pero hubo realmente una metamorfosis, un cambio de personalidad con rasgos de esquizofrenia? ¿O fue más bien el postergado sinceramiento de lo que la izquierda efectivamente siempre ha creído?

Sinceramiento, sin ninguna duda. Lo que esta izquierda arrepentida viene diciendo y haciendo desde hace más de un lustro refleja las ideas que muchos en la antigua Concertación abrigaban calladamente durante la transición, pero que no se atrevieron a defender entonces. Y no tendría por qué sorprendernos, ya que en esencia son las
propuestas y valores de la izquierda en todo el mundo, desde siempre, con su irrefrenable tendencia a ordenar las vidas de las personas en función de una agenda ideológica y a concentrar el poder de reorganizar la sociedad en la élite que controla el Estado.

Debemos aceptar, me temo, que la democracia de los acuerdos fue una anomalía hecha posible por el pragmatismo a regañadientes de la izquierda gobernante de la época, no por la firmeza de sus auténticas convicciones.

Esta coalición de arrepentidos llegó a la oposición con una sola agenda: recuperar La Moneda en la elección de 2013. Ese objetivo compartido fue lo único que la mantuvo unida. Quizás por eso muchos pensamos que su acelerada mutación era una impostura nutrida por cálculos electorales, un devaneo con los grupos extraparlamentarios y
un señuelo para los movilizados que habitualmente simpatizan con las ideas más rupturistas porque se sienten marginados del sistema. En suma, un radicalismo beligerante que, en caso de retornar al poder, volvería rápidamente a los cauces moderados de nuestra historia reciente.

En realidad, era la izquierda sacándose la máscara de una vez por todas. Tanto la experiencia del gobierno de Piñera como lo visto con su sucesor desde 2014 demuestran que la Nueva Mayoría tiene un proyecto político muy distinto —y en algunos aspectos clave, totalmente opuesto— al que encarnaba la Concertación (…) un retroceso hacia ideas viejas y modelos superados que van exactamente en dirección contraria a lo que Chile necesita para seguir progresando. Ideas y modelos, como hoy estamos viendo, en los que
la izquierda nunca dejó de creer, incluso cuando impulsaba los acuerdos de la transición.

En su corazón late ese obsesivo impulso refundacional tan típico de la izquierda, (…) que busca derribar lo que hay para reinventarlo, (…) que no es otra cosa que el trillado discurso revolucionario de los setenta, me parece una de las facetas más perniciosas e irresponsables del proyecto de la Nueva Mayoría.

Todo esto no ha hecho más que agravar los obstáculos a la cooperación entre los actores políticos, dado que, según la concepción democrática de esta nueva izquierda, sus mayorías en la Cámara de Diputados y el Senado bastan para legitimar todas sus iniciativas, por numerosas y airadas que sean las expresiones de rechazo (de la
centroderecha, de la sociedad civil, de los sindicatos, de los gremios empresariales, etcétera). Teniendo los votos suficientes, parece creer la Nueva Mayoría, dialogar con los que no los tienen es un mero formalismo para la galería.

Bajo esas condiciones, es obvio que tratar de construir confianzas que hagan viable la cooperación política resulta casi imposible.

Réquiem por los acuerdos

La democracia de los acuerdos fue un concepto acuñado en los noventa que se proyectó por casi dos décadas, con la Concertación en el gobierno y la Alianza en la oposición (…).

Los logros de la hoy vapuleada democracia de los acuerdos siguen siendo objeto de análisis político e investigación académica en varios rincones del mundo, (…) un ejemplo de progreso económico y social del que otras naciones en vías de desarrollo pueden aprender (…).

Pero el paso del tiempo, sus auténticas convicciones (reprimidas) y especialmente la pérdida del poder a manos de la derecha impulsaron a quienes hoy integran la Nueva Mayoría a cuestionar las bondades de esa misma dinámica de los acuerdos que había sido por años la gran credencial política de su sector (…).

De pronto, lo que antes era considerado prueba de solidez institucional se interpretaba como debilidad política. De forma increíble para quienes conocen algo de historia, algunos grupos parecían querer desempolvar la consigna de «Avanzar sin transar», con la intención de recuperar el poder emulando el espíritu revolucionario de la izquierda
sesentera.

(…) Creo que la aparición de Marco Enríquez­Ominami provocó que muchos en la Concertación se sintieran liberados de una moderación que los acomplejaba. El diputado y luego candidato presidencial se atrevió a proponer una plataforma de izquierda muy dura en las ideas de fondo, pero moderna en el lenguaje y el estilo. Los concertacionistas empezaron a preguntarse por qué, si EnríquezOminami podía decir abiertamente las cosas en las que ellos también creían, era necesario seguir negociando con la derecha acuerdos que no les gustaban.

Durante el gobierno de Piñera, la oposición pasó rápidamente de la crítica a la obstrucción, fomentando el inconformismo y entorpeciendo las soluciones, en el entendido de que el descontento social favorecía su eventual regreso al poder (…) Un ejemplo paradigmático de ese nuevo radicalismo ideológico corto de miras fue la acusación constitucional contra el ministro de Educación Harald Beyer —uno de los expertos más reconocidos del país—, pues demostró hasta qué punto la lógica de no colaboración de la izquierda podía producir pésimas decisiones.

Pronto empezaron a aparecer los mea culpa de políticos ex concertacionistas por el talante moderado de las reformas que habían aprobado hasta entonces. Según ellos, siempre habían querido ir más allá, pero se los había impedido una frustrante «camisa de fuerza institucional» que incluía a la Constitución de 1980 (…) ¿Y cuáles eran estos cambios importantes? Pues todas las iniciativas que la derecha supuestamente había bloqueado durante años y que la oposición ahora agrupaba en dos categorías muy convenientes: las que «defendían los derechos de la gente» y las que «afectaban los intereses de los ricos» (…)

En su radical y equivocada reinterpretación de las cosas, la voluntad de la mayoría de chilenos había estado secuestrada por los intereses de unos pocos durante casi 25 años (…).

No es antojadizo decir que al progresismo le faltan argumentos para defender su agenda refundacional, y nuevamente la educación ilustra el punto. Recién lanzada su segunda candidatura presidencial, en abril de 2013, Michelle Bachelet se opuso a la controvertida universidad gratuita para todos, en lo que era una definición estratégica de primer orden. «Es regresivo que quienes puedan pagar no paguen», afirmó, agregando «no veo por qué yo no voy a poder pagar por la educación de mi hija. Personalmente, creo que yo puedo pagar la universidad de mi hija» (…).

Pese a la magnitud del asunto y lo público de su compromiso, la candidata tardó apenas cinco días en cambiar de opinión: «La educación es un derecho básico y es por eso que quiero educación gratuita y universal». Y no dio más explicaciones.

Sin máscara y con retroexcavadora

El senador PPD Jaime Quintana fue el primer dirigente de la NM que mostró sin maquillaje el sentido del proyecto político de la izquierda que retornó a La Moneda en 2014, cuando dijo, a propósito de la educación, «vamos a poner aquí una retroexcavadora, porque hay que destruir los cimientos anquilosados del modelo neoliberal de la dictadura».

Con esa frase introductoria, y luego con el amplio programa de reformas estructurales que impulsó desde el principio el segundo gobierno de Bachelet, quedó en evidencia que su sector está secuestrado tanto por la nostalgia de un pasado que jamás fue como ellos lo idealizan hoy, como por la incapacidad de aprender de sus errores. No es para nada casual que la Presidenta sostenga que «tenemos los mismos desafíos» que enfrentaba el Chile de Salvador Allende (…).

Además de las anteojeras ideológicas, lo anterior demuestra una profunda desconexión con la realidad, a su vez confirmada por el programa de gobierno de la Nueva Mayoría. El fuerte rechazo social y los numerosos cuestionamientos técnicos que han generado sus proyectos en áreas tan sensibles como la educación, el sistema tributario, el mercado laboral o la violencia en La Araucanía, por nombrar algunas, son pruebas de un total desfase entre lo que el Gobierno se propone y lo que los chilenos creemos que sucederá realmente (…).

Sin embargo, en estos y otros temas, la Nueva Mayoría persiste en profundizar la desconexión entre la ideología que predica —y los fines que asegura perseguir— y la experiencia empírica de los chilenos. Da la impresión de que su fe en la teoría es tan fuerte, que pretende pasar por encima de lo que digan los hechos. La lección en Chile y otros países es que quienes promueven ese tipo de agenda ideologizada acaban, tarde o temprano, dándose cabezazos con la realidad.

Esta obcecación invariablemente va de la mano con la férrea certeza de saberse dueños de la verdad, de modo que cualquier postura disidente se asume por antonomasia equivocada, si es que no derechamente malintencionada. En el plano discursivo e intelectual, esto conduce a lo que algunos autores han llamado la tiranía progresista, es decir, la imposición de un marco referencial y de debate público bajo el cual ciertas posturas se aceptan automáticamente como legítimas, mientras que otras son automáticamente proscritas por considerarlas erradas, reaccionarias, injustas, discriminatorias,etcétera (…). Es decir, una negación del contraste de opiniones que está en la raíz del orden democrático (…).

El peso de la prueba

La derecha no supo anticipar el resurgimiento de esta vieja izquierda y sus ideas trasnochadas, quizás porque creyó honestamente que los acuerdos logrados durante la transición reflejaban auténticos consensos entre coaliciones (…), y no sólo concesiones que la Concertación hacía a contrapelo. Fue el primer error.

El segundo error fue no entender, una vez que la izquierda arrepentida mostró sin maquillaje su nuevo proyecto, que había que enfrentarlo con ideas y valores, no solamente con herramientas técnicas para resolver problemas específicos, porque lo que se contraponían eran visiones de sociedad y no simples programas de gobierno. Debemos
reconocer que la izquierda, aunque con argumentos en general poco convincentes, ha logrado plantear una cierta manera de ver Chile y la sociedad en que queremos vivir, mientras que en la derecha nos demoramos 10 años en entrar a ese debate. Y como no hemos avanzado mucho, tampoco hemos sido capaces de generar una mayoría política de largo plazo.

(…) quiero insistir en la importancia de aprovechar al máximo la principal fortaleza que tenemos como sector político (…): El peso de la prueba no está en nosotros, sino en la izquierda.

Cuando nuestro país fue gobernado por las ideas y los valores de la centroderecha, durante casi un cuarto de siglo después del retorno a la democracia, los avances fueron enormes e innegables (…). Chile no solo creció económicamente a ritmos inéditos, lo que trajo un progreso notable en la superación de graves carencias y en los niveles
generales de prosperidad material, sino que indiscutiblemente —según todas las variables objetivas de solidez democrática, calidad institucional, desarrollo humano e inclusión social, entre otras— se volvió un país más justo, más inclusivo y más moderno, con más libertades, más oportunidades y más garantías para todos sus habitantes (…).

En cambio, no hay un solo país en el mundo que haya progresado o que esté progresando hoy con el tipo de ideas que la Nueva Mayoría quiere impulsar en Chile. Así de sencillo. El intento de organizar a la sociedad desde el Estado, el debilitamiento de la democracia representativa en favor de la participación directa, el discurso
polarizador entre clases con intereses supuestamente incompatibles (trabajadores versus empresarios, ricos versus pobres, poderosos versus ciudadanos, etcétera), la desconfianza en el libre mercado, la demonización del lucro, la explosión de derechos sin garantías, la igualdad como dogma, la descalificación ética de la oposición política o la vocación refundacional son todas características de regímenes de izquierda que han llevado a sus sociedades por mal camino.

Por eso creo que la primera respuesta de la centroderecha a la agenda de la Nueva Mayoría debe ser una pregunta: ¿A dónde han funcionado sus ideas? ¡¿A DONDE?!



Diputado Silva presenta iniciativa para exigir informe de productividad y competitividad a proyectos

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El diputado Ernesto Silva (UDI) se reunió con el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, con el objetivo de presentar y explicar una iniciativa que consiste en exigir a los proyectos de ley que son ingresados al Congreso que incluyan un informe que mida los posibles efectos que esta ley pueda tener en las áreas de competitividad, productividad y emprendimiento.

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En la actualidad cuando se presenta un proyecto de ley prácticamente no se exige al Ejecutivo ni a los parlamentarios los antecedentes necesarios para fundamentar ese proyecto, sino que solamente el informe financiero. El diputado Silva explicó que “la mayor parte de los proyectos de ley producen un efecto en la productividad, competitividad, en el desempeño de la economía y en el funcionamiento del país”.

“Por ejemplo, cuando se va a presentar una reforma tributaria el gobierno, además de entregar el informe financiero de cuánto va a recaudar y gastar, debiesen incluir un análisis del impacto que pueda tener en materia de productividad y competitividad. Lo mismo tiene que pasar en la reforma laboral, constitucional y en otras iniciativas que puedan afectar a sectores específicos de la economía”, planteó el parlamentario gremialista.

Asimismo, el diputado Silva señaló que “le hicimos un planteamiento para perfeccionar el estatus PYME en las normas en que se protegen a estas cuando se dictan los reglamentos” y recalcó que “lo que no queremos es que los proyectos de ley puedan ser presentados sin hacerse responsable de los posibles efectos que puedan tener en el país. Y lo que queremos es subir el estándar de la calidad de la discusión de las políticas públicas en Chile”.

Finalmente el diputado Silva señaló que el ministro Rodrigo Valdés quedó de estudiar y analizar las propuestas para definir cómo lo recoge el gobierno, ya que comparte la iniciativa que se necesita información más sólida y rigurosa al momento de presentar un proyecto de ley en el Congreso.



Celebraciones Fiestas Patrias

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Comparto con ustedes algunas fotos de actividades durante el mes de septiembre en distintas Juntas de Vecinos del distrito 23. Felicitaciones a todos por la gran organización en cada evento de celebración de Fiestas Patrias  y por el compromiso con su comunidad. Un abrazo a todas y todos!!

UCAM Las Condes

JJ.VV Vital Apoquindo Sur

JJ.VV Plaza El Inca

JJ.VV Paul Harris

JJ.VV El Golf Norte



Diputado Silva (UDI): “A diferencia de lo que plantean algunos yo veo que este presupuesto no tiene ni realismo ni renuncia”

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Además, manifestó que era el momento para dar una señal de austeridad.

En conversación con La Gran Mañana Interactiva de Radio Agricultura el diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Ernesto Silva, se refirió al presupuesto 2016 que se conoció durante la noche del miércoles a través de una cadena nacional de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet.

Para el parlamentario el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, tenía una oportunidad para dar una señal de austeridad ya que aseguró no le había resultado en otras oportunidades. “Este era el lugar donde tenía que marcar un punto de inflexión y en vez de hacerlo se entregó un presupuesto que aumenta en un 6,4% (…) el ministro de Hacienda en la presentación que hizo en julio en el Congreso proyecto cuánto más se iba a gastar y dijo que iba a existir una sobre ejecución de un 2.4%, eso en la práctica significa que si el presupuesto era el año pasado de 100 pesos ahora será de 106,4 pesos”, indicó.

Silva, agregó que en un país que está dejando de crecer se trata de una mala noticia y que ahora deberán a comenzar los detalles. “Yo creo que el Gobierno partió mal y debió haber explicado que estaba aumentando más del 4,4% sino que estaba aumentando de manera más significativa”, afirmó.

Con respecto a las declaraciones de algunos representantes del sector económico donde se ha dicho que el presupuesto se trata de una primera señal de realismo, que es coherente y positivo, el diputado de la UDI aseveró que “ellos mismos dijeron que la reforma tributaria cuando se estaba presentando que se veía bien, por lo tanto yo creo que tiene un diagnóstico equivocado. Hay que recordar además que una de las cosas que tenemos que ver es el realismo de las cifras que presenta el Gobierno con la realidad que presenta después”.

El militante de la UDI recordó que nada de lo que presupuestaba el gobierno el año pasado tuvo resultado y añadió que “a diferencia de lo que plantean algunos yo veo que este presupuesto no tiene ni realismo ni renuncia y creo que el aumento del 6,4% de presupuesto (…) va a significar que por segundo año seguido el déficit va a superar el 3% y eso es relevante porque Chile ha sido destacado en el exterior por mantener cuentas fiscales ordenadas. Cuando se tiene un déficit del 3% se está hablando de cerca de 7 mil 700 millones de dólares”.

Este último punto según explicó el parlamentario significaría un aumento en la tasa de interés para los consumidores y para los inversionistas por lo que afirmó podría tener un efecto.

“El gobierno concreta con esto lo que dijimos seis meses atrás que lo único que no va a cumplir con su programa es ser serio con las finanzas públicas que se habían comprometido (…) El cuadro general no es positivo como se planteaba”, indicó.

Finalmente, explicó que la diferencia en las cifras del aumento del presupuesto se deben a que el gobierno está señalando que gasto más, es decir tenía 100 pesos y gastó 102 pesos.

Fuente: www.radioagricultura.cl