12 noviembre, 2010 | 11:58 hrs.
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El Estado es Gigante

El día de ayer se votó en la Cámara de Diputados la primera Ley de Presupuesto del gobierno de la Coalición por el Cambio. Ahora será el turno del Senado. Independiente del análisis del proyecto en particular –que considero un buen proyecto-, hay cifras generales que llaman la atención. Nuestro Estado es gigante. En efecto, el presupuesto 2011 contempla gastos por US$53.000 millones.

El gasto público ha estado ocupando cada vez mayor espacio en la economía. En efecto, si entre el año 2000 y el 2006 el gasto público representaba algo más del 18% del PIB, al año pasado el gasto púbico llegaba al 24,5%. Es decir, el Estado va creciendo.
Si miramos la situación fiscal, los últimos años han sido preocupantes. Durante el gobierno del ex Presidente Lagos, el crecimiento del gasto público creció de la mano del crecimiento del PIB. En cambio, durante el gobierno de la ex Presidenta Bachelet, el crecimiento promedio del gasto público superó el 10%, mientras que el PIB creció en promedio sólo 2,8%, es decir, el gasto público creció mucho más que el producto, y no sólo durante el último año.

Como consecuencia de lo anterior, en los últimos años pasamos de un superávit de un 1% a un déficit de 1,2% (o 3,1% si consideramos la nueva metodología que un panel de expertos está consensuando para medir el balance estructural).

Ahora bien, esta enormidad de gasto implica que el Estado está en todas partes y en muchas actividades.

¿Qué hacer ante este contexto? El nuevo gobierno tiene muchos desafíos: enfrentar la reconstrucción del terremoto, implementar su programa de gobierno, y reflejar su estilo de gestión del Estado a partir de este presupuesto 2011.

El proyecto aprobado en la Cámara ayer es coherente con estos desafíos y se enmarca en una lógica de enfrentar el terremoto, y al mismo tiempo iniciar un orden de las cuentas públicas y de la dimensión del Estado en la economía.

El gobierno ha comprometido una trayectoria del gasto público para todo su período conducente a reducir el déficit estructural. De igual manera, ha puesto foco en la actividad del sector privado, promoviendo las condiciones para un mayor crecimiento económico y un mayor desarrollo de los emprendedores.

Al analizar las partidas presupuestarias y la actividad del Estado, pareciera haber un espacio enorme para eficiencia y ordenamiento del gasto. El sólo análisis de las partidas presupuestarias de Educación y Salud, con US$10.000 millones y US$8.000 millones respectivamente, invita a pensar que hay espacio para mayor eficiencia. Si se observa cómo ha crecido el gasto en estas áreas y se contrasta con el rendimiento que ha tenido este gasto, queda en evidencia que la oportunidad de eficiencia es muy grande.

Para alcanzar esa mayor eficiencia en el gasto público y en el rol del Estado en la actividad económica en general, se requiere avanzar en tres pilares fundamentales: modernización del Estado, calidad de los directivos, y evaluación y rendición de cuentas.
En materia de modernización del Estado se requiere implementar lo acordado transversalmente por los expertos en el Consorcio de Reforma del Estado. No hay que inventar la rueda, sino implementar los cambios que con urgencia se requieren y que suelen quedar postergados por falta de prioridad política.

En materia de calidad de los directivos, la profundización de la Alta Dirección Pública es el principal desafío, y el foco debe ser el perfeccionamiento de la institucionalidad y de los convenios de desempeño.

Por último, el gasto y el tamaño del Estado serán objeto de revisión en la medida que exista buena evaluación y un buen sistema de incentivos para la rendición de cuentas.
En los últimos años el gobierno ha puesto el énfasis en el crecimiento del gasto y del actuar del Estado. Es momento ahora para poner énfasis en el crecimiento de la economía en general y en el desarrollo vigoroso del sector privado.

Diputado Ernesto Silva M (Diario Financiero) – 12 de noviembre 2010