20 julio, 2015 | 10:05 hrs.
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Chile Campeón: Chile Cambió

Cuando Matías Fernández caminaba desde el centro de la cancha hacia el punto penal del arco sur del Nacional, todos sabíamos que se iniciaba una secuencia histórica. Más aún, cuando corrió y pegó fuerte y cruzado al ángulo superior derecho del arco de Romero, sentimos que se podía. El penal de Messi era esperable –aunque no había lucido en la cancha, uno sabe que los penales los echa adentro-. Vidal venida lleno de heridas de guerra en la cancha, pero se paró seguro frente a la pelota. Dio susto ver cómo Romero manoteaba, pero esta vez la suerte tocaba para este lado, porque la pelota se fue adentro y no afuera como en tantas oportunidades.

Ya la caminata de Higuaín lo delataba. Se le veía nervioso, sabíamos que había fallado en otras oportunidades. En ese momento Bravo se veía enorme en el arco, parecía que lo tapaba entero. Corrió Higuaín y la pelota a las nubes.
Charles hace siempre lo mismo, elige un lado, no piensa en nada más y le pega duro con el empeine. Esta vez hizo lo mismo. Cuando la pelota entró en el arco, yo sentí que era verdad, que íbamos a salir campeones.

Argentina ya pensaba en los fantasmas, en que esta generación no ha ganado nada a nivel adulto, que tienen al mejor del mundo pero algo pasa que no ganan. Con eso en mente llegó Banega ante Bravo, pensando en los problemas más que en el penal que tenía que patear. Y pasó lo que tenía que pasar, tiro anunciado y sin potencia a la izquierda del arquero que logró elegir bien el lado y dejar el asunto servido.

¿Quién se hubiera imaginado tiempo atrás que Chile jugaba una final ante el mejor equipo del mundo y que la mentalidad ganadora la teníamos nosotros y no nuestros rivales acostumbrados a ganar? ¿Qué pasó que una generación se convence que va a ganar y sale decidido a hacerlo?

Llegó el momento: Alexis con la pelota. El mismo que había corrido todo el partido como enfermo, el mismo que había estado frustrado por haber metido un solo gol en el torneo (un golazo, por cierto). El mismo que la prensa criticaba por comérsela y no definir a tiempo. En su lugar, muchos habrían –o habríamos- pensado en cerrar los ojos y pegarle fuerte y que sea lo que Dios quiera. Pero Alexis es un crack. Y los cracks son distintos, arriesgados, irreverentes, ganadores. El niño maravilla la picó suave hacia el centro derecho del arco de Romero y ¡¡¡Chile Campeón!!!

La fiesta va a durar lo que tenga que durar, pero algo en Chile cambió. Cuando en nuestro país se viven tantos problemas y divisiones, la selección nacional es fuente de unidad y alegría. Y hoy, por primera vez, es fuente de éxitos y triunfos reales. Una generación de deportistas y un cuerpo técnico con mentalidad ganadora, dieron vuelta la historia e hicieron que Chile hoy sepa que puede ganar.

En la previa del partido, las generaciones más jóvenes estaban cargadas de esperanza e ilusión. Los mayores –al menos muchos de ellos- dedicaban el día a recordar cada una de las frustraciones deportivas que recuenta nuestra historia deportiva para ponerse el parche antes de la herida de una posible derrota en la final.

En los últimos veinte años ha habido un cúmulo de éxitos que termina con el triunfo de la roja. Marcelo Ríos número uno del mundo, Carlo de Gavardo (Q.E.P.D) campeón mundial, Nicolás Massú y Fernando González en el Oro Olímpico son algunos de los ejemplos de logros históricos impresionantes. Pero como dicen por ahí, para los chilenos el fútbol es el fútbol. Con este resultado no sólo cambia la historia sino también viene un cambio en la mentalidad. Sí, ahora ser campeón, liderar o pelear el primer lugar es una realidad y una tarea para todos. Las nuevas generaciones vienen con la fuerza de la copa y la realidad de la conquista. A partir de ahora, Chile puede y los chilenos podemos salir a ganarlo todo.

Diputado Ernesto Silva M (Publimetro) – 6 de Julio 2015.