29 agosto, 2016 | 15:56 hrs.
Compartir en:
Share

“Si el gobierno tomara como hoja de ruta la comisión Bravo, encontraría más espacios de diálogo»

El parlamentario, que integra la comisión de Hacienda de la Cámara Baja, cree que el cruce de la discusión previsional y del Presupuesto 2017 obligará al Ejecutivo a “transparentar sus prioridades”.

En medio del debate por la reforma a las pensiones, el diputado gremialista Ernesto Silva defiende el escepticismo que está mostrando su sector en orden a sentarse a conversar para llegar a un acuerdo nacional. En conversación con DF expone sus planteamientos respecto de los ejes que debiera tener la discusión y asegura que “coincidimos en que hay que aumentar la cotización y nos parece bien que se haga cargo el empleador, en la medida que vaya a la cuenta individual de cada trabajador”.

¿Hay que cambiar el sistema previsional?
Cualquier chileno de buen corazón sabe que este es un tema importante y urgente de trabajar.

Hasta hace poco, la oposición defendió el actual sistema.
Chile ha tenido un buen sistema de pensiones que se ha enfrentado a muchos cambios en la sociedad. Acá ha habido un proceso de perfeccionamiento constante. Pero estamos llamados a hacer un debate profundo para mejorar.

¿Enfocado a qué?
A dos tipos de cambios: cómo mejoramos el sistema de pensiones en el tiempo y cómo mejoramos las pensiones de quienes hoy están jubilados. Nosotros tenemos posición y estamos trabajando en propuestas que vamos a entregar.

¿Cuánto difieren las fórmulas en que ustedes están trabajando a las del gobierno?
Hemos hecho un trabajo sólido, estamos a días de presentarlo, y se han consultado muchas opiniones. Hay que distinguir dos cosas: una es la mejora del sistema de pensiones y otra es cómo enfrentar la realidad de quienes hoy están pensionados. En la primera, coincidimos en que hay que aumentar la cotización y nos parece bien que se haga cargo el empleador, en la medida que vaya a la cuenta individual de cada trabajador. Creemos que se puede mejorar la competitividad del sistema en propuestas de comisiones.

¿Cómo se haría eso?

Se puede avanzar en la transparencia de las comisiones, como en las que se cobran por servicios en el extranjero. Y hay un sentido positivo en que se compartan parte de los beneficios, que tienen las administradoras, con los pensionados.

¿Qué otro tipo de medidas han trabajado?
Hay muchos chilenos que tienen lagunas previsionales. Si un trabajador está dispuesto a llenarlas, el Fisco podría poner otra parte. De esa manera se ponen incentivos correctos para avanzar hacia el ahorro individual; si un trabajador activa el seguro de desempleo, este pueda cubrirle parte de las cotizaciones durante ese período.

¿Y para quienes ya están jubilados con pensiones muy bajas?
Para financiar esa solidaridad, el gasto público tiene que ser mejor. Actualmente se gasta 0,7 puntos del PIB en pensiones básicas solidarias, eso se puede aumentar a 1,1 puntos del PIB, por lo menos. Y hay que avanzar hacia un aumento rápido de las pensiones básicas solidarias en un monto relevante, para eso el gobierno tiene que definir prioridades de gasto.

El senador Ignacio Walker propone derechamente revisar la gratuidad universal.
En el tema de pensiones no hay una solución mágica y el gobierno tiene que hablar con la verdad ante la ciudadanía. Hay una hoja de ruta que está trazada por la comisión Bravo, que aporta insumos demasiado importantes, sería irresponsable que habiendo un trabajo tan sólido se pretenda inventar la rueda de la noche a la mañana. Una discusión sobre el sistema de pensiones, después de 35 años, no se hace en dos minutos, se hace bien, teniendo claros los ejes.

¿Cuáles serían?
Chile necesita un sistema de pensiones que esté anclado en el esfuerzo y ahorro personal y complementado con un pilar solidario. Esos son los dos pilares centrales y las propuestas que haya en el rango de uno u otro son relevantes. En cuanto a prioridades de gasto público, creo que la situación fiscal es mucho peor de lo que se dice, de lo que se percibe en la opinión pública y la discusión pública. Por lo tanto, la responsabilidad con que se tome esta decisión es muy grande. Nosotros siempre hemos estado en contra de la gratuidad universal, porque es injusta y las pensiones de personas vulnerables tienen una prioridad mucho mayor. Ahora, pretender aumentar el pilar solidario sin dedicarse a que Chile crezca y a que el mercado laboral se fortalezca es hacerse trampa en el solitario.

A la oposición se le atribuye actuar en defensa del empresariado cuando critica que el 5% de aumento de las cotizaciones sea con cargo al empleador, arguyendo que termina pagándolo el trabajador.
Esa mirada responde a un prejuicio. Hay que recordar que en nuestro gobierno hubo un aumento de las pensiones por la vía de la eliminación y reducción del 7% de la cotización en salud.

Se acusa a la oposición de querer llegar a acuerdo sólo cuando puede imponer sus ideas.
Hasta ahora hay coincidencia en dos puntos centrales: que Chile no puede tener un sistema de reparto y que hay que fortalecer el pilar de ahorro individual y el pilar solidario.

Pero ese es el marco general de la discusión.
Este es un proceso que recién se inicia, no que termina. La improvisación, la mala calidad de los procesos técnicos, ha sido una característica tan nítida de este gobierno que no se puede repetir en el debate de pensiones. Si el gobierno tomara como hoja de ruta la propia comisión que encargó, encontraría muchos más espacios de diálogo que en base a la mala propuesta que hizo. Me parece muy natural que la oposición, después de las reformas tributaria, educacional y laboral, tenga escepticismo en pensar que se pueda construir un acuerdo razonable para nosotros.

Se ha planteado aumentar la edad para jubilar…
La Presidenta tomó el camino de equiparar las tablas entre hombres y mujeres, que es una manera indirecta de avanzar en esa dirección.

¿Cuál es su opinión personal?
Quiero distinguir, en esto, lo que la UDI vaya a plantear de lo que yo pienso. Nuestra expectativa de vida y nuestra salud nos están permitiendo desarrollarnos durante más tiempo en el mundo laboral; por lo tanto, suena poco viable, si queremos tener calidad al momento del retiro, sostener edades de jubilación a los 60 y 65 años. Creo que eso va a significar, en el tiempo, una revisión de la edad de jubilación, que quizás en una primera etapa puede ser un esquema voluntario con incentivos a quienes la posterguen.

¿Cómo puede afectar a este debate el cruce con el del Presupuesto?
El gobierno va a tener que transparentar sus prioridades, porque no puede decir que le importan las pensiones si en su Ley de Presupuestos no refleja esa prioridad. No puede decir que quiere ser serio en términos de regla fiscal o gasto público y aumentar el gasto en pensiones y en gratuidad; y como echó al suelo esta economía, sólo le queda priorizar y gastar de mejor manera.

«LA AUTOCRÍTICA ES QUE NOS HA FALTADO FUERZA OPOSITORA»

Sustrayéndose de la crítica al gobierno que ya es conocida, la CEP revela que toda la clase política está desprestigiada, ¿cuál es la autocrítica que hace la derecha respecto de que tiene tan malas cifras como el oficialismo?
La CEP es un reflejo más de un cambio en la realidad de Chile, donde los niveles de adhesión a los líderes y a la política van a ser cada vez más bajos. Tenemos que acostumbrarnos a un fenómeno que llegó para quedarse. Algunos tratan de ser los representantes del 62% que no manifestó preferencia, pero hay que mirar a quienes sí manifestaron preferencias. También se nota una desconexión muy fuerte entre las prioridades de la política y las de la ciudadanía. Y ahí es donde la oposición tiene una tarea pendiente por fortalecer, tiene que ser mucho más nítida para representar los temas que le urgen a la ciudadanía que claramente fueron marcados por la encuesta CEP.

La autocrítica es que nos ha faltado fuerza opositora para hacer nítida la diferencia y contraste que tenemos con un gobierno izquierdista que ha tratado de imponer una ideología que no calza con el sentido común de los chilenos.

¿Qué le puede ofrecer Chile Vamos a la ciudadanía que dice representar si está tan mal evaluada como todos los demás?
Insisto, la encuesta CEP refleja una desconexión muy profunda de las prioridades de la política con las de la ciudadanía y nuestro sector no ha estado enfocado prioritariamente con los temas que le urgen a la ciudadanía, mostrando una alternativa distinta.

Por: Diario Financiero (29.08.2016)