23 diciembre, 2013 | 9:48 hrs.
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¿Qué rol tendrán la Nueva Mayoría y la Alianza en el futuro gobierno?

img_20131125091846 (1)La Tercera, domingo 22 de diciembre.
Por Derecha popular y convocante

Perder una elección presidencial después de llegar al gobierno con tanto esfuerzo es sin duda una pésima noticia. Pero de ahí a pensar que todo está mal, hay una gran distancia.

El proyecto político de nuestro sector está vigente y con fuerza. Hacia el futuro, el desafío es volver a conquistar la adhesión ciudadana para lograr que la calidad de vida de los chilenos mejore a través de nuestras ideas y propuestas, porque estamos convencidos de que con  ellas los chilenos progresan mucho más. Los chilenos viven bajo nuestro ideario de libertad y validan día a día nuestros planteamientos con su actuar, luchando porque se reconozca su esfuerzo y se premie el mérito, porque más personas puedan elegir la educación y salud de ellos y sus hijos, porque la comunidad se organice para promover iniciativas en su beneficio, entre muchos otros ejemplos de nuestro ideario.

Los mejores momentos de la centroderecha chilena han sido cuando nos hemos acercado al centro popular y social del país, no al centro político. De hecho, la validación de la ciudadanía a nuestro sector se ha reafirmado cuando hemos sido capaces de dar respuesta desde nuestra identidad y convicciones a las preguntas e inquietudes del cotidiano vivir de los chilenos. Las personas esperan de nosotros respuestas sobre su vida real a nivel personal y en comunidad, y no sólo definiciones en clave o código político o histórico.

Como sector, la mejor receta ha sido la unidad. Más allá de las propuestas de un momento u otro, cuando ha existido unidad nuestro sector ha cosechado más éxitos. Esto es, por una parte, una decisión política fundada en la convicción de su importancia, pero también el resultado de la maduración en torno a un proyecto compartido. Por ello, el desafío para asegurar la unidad es trabajar mucho en la oferta de futuro, aquella que permita convocar a nuevos liderazgos y generar mayoría.

Desde la UDI debemos aportar a ese proyecto basándonos en ciertos pilares fundamentales. El primero es rescatar con fuerza la derecha popular, aquella que se conecta y da respuesta a las inquietudes de los chilenos en situación de pobreza y de esa gran clase media vulnerable y emergente que aspira a progresar junto a su familia.

Esa vocación de la derecha popular debe ser una definición central nuestro actuar político, y es posible que el alejamiento de ese foco sea una de las explicaciones de la pérdida de más de un millón de votos para nuestro sector en la última elección presidencial.

El segundo pilar consiste en la construcción de una derecha convocante y  moderna. Eso implica abrir espacios para la renovación de liderazgos para incorporar a personas que han trabajado en el gobierno y en el servicio público y que deben aportar a la construcción de una oferta política de futuro fundada en nuestro ideario y arraigada en el mundo popular y de clase media.

Para atraer, es urgente el esfuerzo de entender los cambios de la sociedad y dar respuesta desde nuestra identidad a las preguntas de los chilenos.

Esa tarea es urgente y sólo a partir de ella podremos tener una oferta atractiva y desafiante hacia el futuro.