26 enero, 2015 | 11:10 hrs.
Compartir en:
Share

«HOY, MÁS QUE NUNCA, LA UDI NECESITA FORTALECER LA RENOVACIÓN DE SUS LIDERAZGOS»

El presidente de la colectividad, Ernesto Silva, sale al paso de las críticas a su manejo del caso Penta, donde ha debido enfrentar acusaciones que lo vinculan directamente con el escándalo. Frente a ello, el timonel señala que «ante una crisis como ésta lo que se necesita es renovar más, no menos», en un claro mensaje a quienes buscan el regreso de los «coroneles» para contener el difícil momento .

la tercera

Parte importante de la gestión de Ernesto Silva a la cabeza de la UDI -asumió en mayo de 2014- ha estado dominada por los efectos del caso Penta. Y aunque admite que ha sido un período «difícil y complejo», asegura que la crisis no ha comprometido el recambio generacional en la conducción del partido, y que hoy -cuando han comenzado a levantarse voces críticas a su liderazgo y manejo- más que nunca está decidido a mantenerse a la cabeza de la colectividad.
¿Cuánto ha comprometido el caso Penta y sus efectos la imagen de la UDI?
La UDI es mucho más que el caso Penta o que cualquiera otro. Es un proyecto político construido para servir a Chile, para defender al mundo popular desde las ideas de la libertad, la justicia y la solidaridad. Sé que este caso, que ha sido difícil y complejo, va a pasar y el proyecto de la UDI va a seguir fortalecido hacia adelante. Sin duda que estos meses han generado un impacto en la opinión pública, pero lo que se necesita en estos momentos es ese tipo es liderazgo y conducción. Estoy seguro de que la UDI es un partido que sabe actuar ante la adversidad, lo ha demostrado en su historia y lo está demostrando una vez más ahora.
¿Y qué pasa respecto de su rol opositor? ¿Se ha desdibujado?
Hay algo que es muy nítido: a pesar de las dificultades, la oposición no se ha inmovilizado. Ha actuado con fuerza. Llevamos siete meses como directiva y lo primero que hicimos fue construir una oposición con los pies en la calle. El testimonio de lo que se hizo en la reforma educacional y, en parte, en la reforma tributaria ha mantenido vigencia. Hemos logrado poder constatar que la izquierda tiene mayoría de votos en el Congreso, pero no tiene mayoría de adhesión en la sociedad. Y eso no ha sido fruto del azar. Ha sido fruto de un trabajo sistemático.
Recordaba cuando asumió el liderazgo del partido. ¿Cuánto se ha resignado el proyecto que tenía para liderar la UDI en medio de esta crisis?
Ante una crisis como ésta lo que se necesita es renovar más, no renovar menos. Parte importante de lo que se ha hecho en estos seis meses, más allá de enfrentar este difícil momento, es abrir paso a la renovación. Y lo vamos a seguir haciendo con más fuerza. Y esa renovación es una renovación de ideas, de estilos, de prácticas, de abrirles paso a nuevos liderazgos. Y eso se requiere fortalecer más que nunca para cambiar estas malas reformas que está aprobando la izquierda como capricho ideológico y presentar una agenda que convoque hacia adelante en una centroderecha amplia, abierta y que tenga fuerza para defender sus convicciones.
¿Qué les dice a aquellos que han señalado que usted no es el más indicado para llevar las riendas del partido, ya que está implicado en el caso por su parentesco con Délano y por otras aristas?
Lo que ha sucedido es que, de una u otra manera, la izquierda y otros tratan de afectar los liderazgos de la centroderecha y, obviamente, en particular el mío. Tengo la convicción de que en momentos como éstos se requieren liderazgos fuertes para enfrentar las crisis y salir adelante. Eso es lo que yo he hecho y es lo que voy a seguir haciendo.
Más allá de que las acusaciones sean ciertas o que haya eventuales delitos, incluso su rol de parlamentario ha sido puesto en cuestión. ¿Se puede sostener un partido, establecer directrices para la gente involucrada y jugar un rol opositor si a diario tiene que contestar emplazamientos?
Mientras la izquierda ataca, la UDI representa a la gente, y mientras la izquierda cuestiona, lo que estamos haciendo es empatizar con la ciudadanía. Y día que pasa es mayor el rechazo al gobierno de la Presidenta Bachelet. Día que pasa es mayor el rechazo a las reformas, y ese es el trabajo que estamos haciendo y seguiremos haciendo. La UDI está trabajando, está dialogando con todos, está ejerciendo la oposición y se está defendiendo también.
¿Tiene el flanco interno tranquilo?
En la UDI siempre hay diversas opiniones, y eso hay que respetarlo. Valoro eso, pero existe una unidad muy nítida en el actuar. La UDI siempre ha enfrentado los momentos de adversidad en unidad. Estoy seguro de que eso es lo que va a permitir que podamos ir dejando atrás el aspecto político de este caso para fortalecer nuestro rol ante la clase media y ante el mundo popular.
¿Voces como la de Víctor Pérez o Mario Olavarría son minoritarias en el partido?
Son respetables como todas las opiniones, pero creo que es muy nítida la unidad en los senadores, en los diputados, en las bases, y que acá hay un proceso judicial que afecta a personas, pero lo que la izquierda quiere es deslegitimar el actuar de la UDI. Hoy, más que nunca, la UDI necesita fortalecer su proceso de renovación de ideas, de prácticas, de estilo y de liderazgos. Y tenemos que seguir con fuerza hacia adelante.
Queda claro que usted no es de los que piensan que los «coroneles», como algunos han planteado, o una generación que tenga más experiencia, son los llamados a enfrentar esta crisis…
Esta es una etapa difícil de conducción de la UDI, pero tenemos un gran equipo. Hay que fortalecer la decisión que tomamos hace casi ocho meses, que tiene que ver con dar nuevos pasos para que la UDI se proyecte para los próximos 20 años y vuelva a ser gobierno pronto, recogiendo y acogiendo a la clase media que la Presidenta Bachelet y su gobierno han dejado botada.
No pocos sostienen que la crisis evidenció que en la UDI hubo candidatos de primera y segunda categoría, que existe una suerte de casta privilegiada en el partido. ¿Qué les responde usted a quienes han planteado esta alerta?
No comparto esa visión. Lo que ha sucedido en estos procesos nos va a llevar a un desafío de también abordar nuevas formas de financiamiento en la política. Hemos visto la experiencia en otros países y creemos que parte de la modernización de un partido político es buscar formas nuevas, abiertas y transparentes de financiamiento.
La vinculación con un grupo económico como Penta ¿no compromete el perfil popular de la UDI?
La UDI tiene patente popular y tiene trayectoria de actuar por convicciones. Jamás ha condicionado su actuar, ni sus votos, a lo que pueda decir nadie distinto de lo que son sus convicciones y lo que es el bien de Chile. Y cualquier otro comentario más allá me parece fuera de foco. La trayectoria, la consistencia de la UDI en su actuar, basado en ideas y en defensa de la clase media y del mundo popular, y de un Chile más justo, es demasiado nítida para que alguien la quiera cuestionar.
¿Está definido cómo va a actuar la UDI en caso de que se formalice a alguno de sus dirigentes?
Estimamos que el proceso judicial debe tomar su curso y no nos parece que debamos tomar decisiones ni pronunciarnos mientras no haya una sentencia judicial definitiva.
Con la perspectiva del tiempo, ¿habría hecho algo distinto en el manejo de esta crisis?
Este ha sido un proceso muy difícil y complejo, donde en una primera etapa no se disponía de información transparente, sino que se conocía a través de publicaciones o filtraciones en los medios respecto de la cual no existía certeza. Luego se abre el expediente y la UDI reacciona haciendo un planteamiento institucional y haciéndose cargo de ese tema. Nosotros definimos dos valores centrales para actuar: dar la cara todos los días y actuar transparentemente y, segundo, asumir que la UDI es mucho más que el caso Penta.
Algunos ha señalado que la UDI ha tenido un trato especial de La Moneda al ser recibidos por el ministro del Interior para abordar una nueva agenda de modernización de la política. ¿Lo tomó como un gesto?
Se hace difícil dar pasos valiosos en política cuando hay miradas pequeñas. Los países requieren liderazgos. Creo que Peñailillo lo ha ejercido, los presidentes de los partidos lo estamos haciendo, y yo tengo un compromiso muy fuerte de colaborar para una nueva etapa de calidad de la política.
¿Cómo se convence a la ciudadanía de que aquí no va a haber un intento por evitar responsabilidades judiciales o un acuerdo donde todo quede sin responsables?
Es que si alguien piensa eso comete un error gravísimo. Los cauces judiciales tienen que seguir, pero temas como éste, y muchos otros, como los de financiamiento extranjero, lo que hacen es hacer evidente la necesidad de una reflexión conjunta sobre el futuro de la calidad de la política. Eso hay que hacerlo, y hacerlo ya.
En 2003, a ustedes les tocó estar del otro lado de la mesa: fueron los que tendieron una mano al gobierno en medio de la crisis del MOP-Gate. ¿Hoy negocian en situación de desventaja?
En ese caso fue evidente que el país necesitaba una etapa nueva de calidad en la política. Ahí hubo una reflexión conjunta de los actores políticos de actuar con responsabilidad. Lo que la ciudadanía espera de los políticos y los líderes es que ante escenarios complejos se hagan cargo y eso es, justamente, lo que he hecho. Cuando alguien plantea conversaciones de este tipo desde la ganancia pequeña, se equivoca y no ayuda a los desafíos enormes que tiene Chile. Yo veo buen ambiente de diálogo. Ya veremos qué pasos se pueden dar hacia adelante.
¿La apertura a nuevos tipos de financiamiento de la política, como los aportes públicos, ha sido un precio a pagar por la crisis?
No. Nosotros hemos planteado hace años que es importante una combinación de distintos tipos de aporte. Así como creo que en la legitimidad de los aportes privados de personas y empresas, creo que es legítimo que haya aportes públicos. Pero es ilegítimo que todo el financiamiento de la política sea con cargo a los impuestos de los ciudadanos. Por eso hemos planteado una combinación que nos permita abordar seriamente este tema hacia el futuro.
¿Ha pasado lo peor de esta crisis?
Espero que a partir de marzo-abril, y en la medida en que se encauce cada vez más este tema en la dimensión judicial, podamos retomar con fuerza y dar los nuevos pasos que la UDI está trabajando tanto en el fortalecimiento de la coalición amplia de centroderecha que tiene que volver a ser gobierno y, en segundo lugar, la construcción de una nueva agenda de municipios para Chile, que creo que es algo que debe ser urgente.
Pero quedan tragos amargos. El partido está previendo escenarios que pueden ser complejos desde el punto de vista judicial, por ejemplo para Jovino Novoa u otras figuras UDI…
Sobre los casos puntuales, las personas se han referido individualmente. El avance que estas causas puedan tener no lo conocemos. Se pueden evaluar escenarios, pero confiamos en que las instituciones puedan funcionar adecuadamente. Yo insisto: la UDI es mucho más que el caso Penta.
¿Está incorporada la posibilidad de eventuales formalizaciones a militantes del partido?
No tengo información para descartar ni para sostener que eso se pueda dar. Lo que hay que ver es que este proceso siga su cauce normal. Dentro del proceso, es un escenario que puede darse.
Fuente: La Tercera – Versión Impresa – 25 de enero de 2015